Polvo sin rastro es el rostro
del aire, cuando tú rielas
sobre las olas del viento.
¡ Oh, luna del mar! Y un poema
de nostalgia el negro toro
del agua con sus piruetas
cuando cabalga encelado
por el nervio de tus venas
henchidas de sangre y fuego
contra los cuernos de piedra
del arrecife cuatralbo
que bajo el sol de la arena
cubre de sombras tus brazos
con nieve en flor. ¡ Ay, qué pena!
Qué la raíz del recuerdo
no sea guitarra sin cuerdas
en las velas del olvido
sino ancla en cada huella
bajo la noche sin rumbo
de mi barco de madera.
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