Lobos de rabia

12.05.2010 01:00

 

De vuelta va mi camino                   
deshojando un sol de plata            
entre un sí que me da vida            
y un no, que mi vida mata.           

¡Ay, niña! ! Qué cuatro lobos     
me alejan de tu mirada!              
Pensaron matar su hambre             
y el hambre casi los mata.           

Ay, qué rabia tienen, niña,          
rezuman ríos de rabia.               
Rabia que rumian con ira.            
Rabia que enrabia sus almas.         

Y yo, envuelto entre ellos.          
Y yo, revuelto en su rabia.          
Rabiando voy entre dientes           
un camino que me abrasa.             

Un camino que no quiero.             
Viacrucis que mi paso arrastra.      
Un calvario que devora               
mi caminar con fantasmas.            

¿ Cuándo podré desandar,             
camino, tu piel en llamas            
y volver de donde parto              
a nacer con las mañana?              

Cuatros lobos negros son.            
Cuatros rumbos, niña, marcan.        
Más solo uno de ellos                
esconde lo que me aguarda.
           
Ay, niña, si tú quisieras
guiar con tu luz mi barca.
A éste caminar sin rumbo,
por fín, le daría la espalda.

Más estos lobos que viven,
conmigo, de mi desgracia,
me dicen de buena tinta
que pierda toda esperanza.

Porque no hay hambre asesina
sino muerte cuando hay ansia
y ansia es lo que tengo
por comer tu carne blanca.

Por arder entre tus pechos.
Por fundirme con tu lava.
Por ahondar en el secreto
que encierras, luna de nácar.

Ay, camino, no me obligues
a seguir tu misma marcha
que el vaso de mi paciencia
rebosa mares de rabia.

Pues si con rabia no vivo,
sin ella, muero de rabia
y si enrabiado me quedo
por perro rabioso me matan.

Cuatros lobos, niña, son.
Cuatro sombras que me atrapan.
Cuatro, son, cuatro y muy negros.
Negros son, negra su rabia.

De vuelta van, de camino,
dejando un rastro de malvas.
Pudo ser un río de fuego.
Más nunca verán más el alba.

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