Hacia el mar quisiera ir,
siempre hacia la mar, errante,
con el viento por sandalias
y por lecho,los pajares.
Hace tiempo que marché
a luchar contra gigantes,
para ser como la mar
tan buen caballero andante.
No sé quién me prometió
un reino en alguna parte
y por él, luché y morí
a manos de sus rivales.
Siendo caballero fuí
escudero de mi amante,
escudero, sí, de amor,
que no caballero andante.
Pues yo nunca pude ser
lo que no pudo ser nadie.
Sanchos somos y Quijotes
en la pluma de un Cervantes.
Hoy tan solo quiero ir
como un simple caminante,
por la sendas derramadas
en las sombras de la calle.
Que los sueños de mi infancia,
ya no quedan, son puñales,
en el fantasmal espectro
de mis pobres arrabales.
Con el viento por sandalias
y por lecho, los pajares,
hacia el mar quisiera ir
siempre hacia la mar, errante.
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